martes, 18 de enero de 2011

El Bando Aqueo: Grupos de Juego

En rojo los personajes ya cogidos.

Contingente atrida
: comprende a los guerreros de la dorada Micenas y los Espartanos de Lacedemonia. Su símbolo es el león (Micenas) y la Lambda (Esparta). Ambos ejércitos obedecen a dos líderes, los hijos de Atreo. Es un contingente bien armado de lanzas y escudos, y su orgullo es saber que sus señores son el general de la expedición aquea en su conjunto, el soberbio Agamenón, y el que porta en su carne la ofensa que ha dado origen a la guerra, el rubio Menelao. Ambos hermanos confían plenamente en sus hombres, verdadero núcleo del ejército aqueo ante Ilión.

Micénicos célebres: Agamenón (general en jefe aqueo), Menelao (general de los espartanos y micénicos), Calcante (adivino), Tersites (un tipo indeseable e infame)







Contingente mirmidón: se cree que estos guerreros tienen por antepasados a las laboriosas hormigas, y al verlo luchar aún parece que pueda reconocerse en ellos este peculiar origen: obedecen sin rechistar a su señor, el invulnerable Aquiles, hijo de la divina Tetis y de Peleo, atacan ferozmente incluso a enemigos superiores en tamaño o número, y cuando toca trabajar en el campamento no rechazan las labores más duras. Portan buenas armaduras y escudos negros y sobrios, entre los que destacan los de Patroclo, el mejor amigo de Aquiles y el viejo ayo Fénix. A los mirmidones les gusta pelear con la espada más que a ningún otro contingente.

Mirmidones célebres: Aquiles (general), Patroclo (comandante), Automedonte (auriga y escudero de Aquiles), Fénix (heraldo).

Contingente de los ayantes: dos bravos guerreros mandan este contingente. Por un lado Ayante el menor, violento e impestuoso, comanda un grupo de guerreros de Lócride, rápidos y ligeros, famosos más por sus actos de rapiña que por sus victorias. Por otro, el descomunal Ayante el mayor, protegido siempre por su descomunal escudo, la fuerza de su lanza y la puntería de su hermanastro, el arquero Teucro, se complementa perfectamente con los anteriores al disponer de un fornido grupo de marineros salaminios, curtidos tanto en el mar como en la batalla, capaces tanto de ensartar a sus enemigos en las picas de fresno como a vulgares peces, como de resistir impasibles las olas troyanas tras sus escudos, a la espera de que los locrenses flanqueen o encuentren el punto débil de sus enemigos. Por desgracia, este formidable conjunto es también conocido por el desprecio que muchos dioses sienten hacia su impiedad y falta de escrúpulos religiosos. Sus símbolos son la serpiente (locrenses) y el delfin (salaminios).

Locrenses y salaminios célebres: Ayax el mayor (general), Ayax el menor (general), Teucro (arquero y guardaespaldas).








Contingente de Pilos, Tesalia e Ítaca: la expedición de los danaos ha reclamado héroes de los sitios más dispares. De las costas occidentales de la Hélade vienen dos caudillos que reunen la astucia y la experiencia, sirviendo como cabeza que guía los golpes de todo el ejército. Se trata del viejo Néstor, rey de Pilos, y del ingenioso Odiseo, soberano de Ítaca. Sus tropas son valiosos exploradores, heraldos, espías y asesinos. Por su parte, los tesalios tienen desde antiguo trato con los poderes sobrenaturales, tanto en su faceta creadora, como la medicina, como en la destructora, pues se sospecha que sus mujeres incluso saben de brujería. Con estos medios, los miembros de este contingente son muy capaces de crear confusión en el frente de batalla con una maniobra inesperada, o de saber sacar partido a cualquier situación, información o lugar. Sus consejos tienen un gran peso en la tienda de Agamenón, que debe reconocer que sus mejores victorias las ha obtenido cuando ha seguido los consejos del prudente Nestor o de Odiseo, amado por Atenea. Sus soldados son hombres rápidos, carismáticos y casi siempre autónomos en la medida que cumplen las órdenes de sus superiores. La palabra y la inteligencia son para ellos la mejor piedra de afilar las espadas. Llevan armadura ligera y su símbolo es la trirreme. Son, de todos modos, de entre los aqueos, los que más desean regresar a sus hogares.

Pilios e Itacenses célebres: Nestor (general honorífico y consejero de Agamenón), Odiseo (comandante), Antíloco, hijo de Néstor (heraldo), Macaón y Podalirio (médicos), Sinon (primo lejano de Odiseo, actor y espía)

Contingente de Argos: el valiente Diomedes, hijo del famoso Tideo, se ha embarcado en la guerra de Troya tras haber asediado con sus hombres las murallas de Tebas, vengando así la muerte de su padre. Su valor, el de la juventud enardecida, ha servido de ejemplo a las juventudes argivas, y muchos ven en ellos reflejados los hechos de los antiguos héroes, como Perseo, que también era de Argos. Por ello portan la cabeza de la gorgona en sus escudos. Luchan con espada, lanza y escudo y portan armadura, y en su ardor, destinados probablemente a morir del modo más bello, en la flor de la vida, son los únicos guerreros aqueos que pueden llegar a luchar contra los dioses.

Argivos célebres: Diomedes (general), Esténelo, epígono veterano contra Tebas (comandante), Euríalo el pugilista (comandante), Nauplio y Palamedes (padre e hijo, heraldos)








Contingente cretense: Idomeneo y sus arqueros, herederos del extinto rey Minos, son quizás despreciados por su armamento predilecto por otros contingentes, pero ello no los hace menos útiles. Retorcidos como el laberinto y enigmáticos en sus intenciones, sus acciones y hasta en su lenguaje, portan el toro en sus escudos. Algunos de ellos, además, pueden blandir el monstruoso labrys, o hacha de dos cabezas, lo cual acentúa aún más lo lejanos que están los guerreros de esta isla, en armamento, actitud y constumbres, al resto de aqueos. Pero estas distancias desaparecen cuando son requeridas sus agudas flechas en el campo de batalla o en las cacerías para abastecer el campamento.

Cretenses famosos: Idomeneo (general), Meriones (comandante), Nireo (heraldo, el más bello de los griegos), Tlepólemo (fugitivo y supuesto hijo de Heracles)

Otros contingentes: de otras regiones del Peloponeso, las islas o el continente, vienen diferentes héroes a ponerse bajo el mando de Agamenón, sea para conquistar la fama imperecedera, como suelen proclamar, sea para acumular botín, mucho más probable, o por otros motivos oscuros y personales. Como ejemplos pondremos:

-Arcadios: rudos y poco civilizados, los seguidores del macho cabrío, Pan, tienen claro su objetivo en la guerra: beber, violentar prisioneras y causar el caos y el pánico allá donde van. Ni siquiera tienen un rey, y las decisiones en su seno se toman a golpes.

-Atenienses: los descendientes de Teseo son enemigos tradicionales de los cretenses y por ello han renunciado en buena medida a formar en el mismo ejército, pero extraoficialmente, y por mediación de su patrona Atenea, algunos héroes, bajo el mando del rey destronado Menesteo, han ido a la guerra a hacer valer la sangre del matador del minotauro. Sabedores de que quizás nunca puedan regresar a su hogar por su arrogancia, pelean con ahínco y tratan de labrarse una fortuna o gloria suficientes como para fundar un nuevo reino o conseguir aliados que les permitan regresar al suyo. La lechuza es su símbolo.

-Tebanos y beocios: enemigos de los argivos desde que Diomedes destruyó con sus compañeros epígonos su ciudad, aún pesa sobre ellos la maldición de Edipo, por lo que son tenidos por unos parias. A esta fama contribuye el cruento placer que deleita a su rey, Peneleo de Tebas, que valora más las cabezas humanas cercenadas que las armas y armaduras de sus rivales vencidos. En su escudo suele figurar la esfinge o la serpiente de Cadmo.

-Elide: la prosperidad de esta región costera, que desde que Heracles libró al monte Erimanto de su temible jabalí no ha hecho sino crecer, mientras que su lejanía de la costa oriental de la Hélade, ha provocado que sean pocos los guerreros interesados en partir a la guerra... y los que lo han hecho suelen pensar más en hacer negocio con rescates y pactos que en pelear. No obstante, son buenos atletas, quizás por albergar en su territorio el santuario de Olimpia. Su rey es Anfímaco, que tiene sangre de centauro y es tan veloz como aficionado a la violencia. Tiene un tocayo entre los Carios, aliados de los troyanos... En sus escudos suele figurar el jabalí.

-Etolia: también arrasada no hace mucho por un jabalí monstruoso, esta región es odiosa a casi todos los aqueos, pues la cacería de aquel monstruo terminó convirtiéndose en una batalla campal entre los cazadores, muchos de ellos, como Peleo o Telamón, padres de los héroes aqueos. Su rey es Toante, y su símbolo es también el jabalí, igual que Elide.

-Eubea: bajo el mando de Elefenor, hijo de Ares, estos guerreros son particularmente sanguinarios y poco de fiar, pues su ascendiente les hace más desear la matanza que preocuparse de seleccionar enemigos. Es por eso que no conforman un regimiento sólido dentro del ejército aqueo y se los tiene más por mercenarios sedientos de sangre. Se caracterizan por la horrible costumbre de mostrar despojos humanos, sea piel sean miembros amputados, entre su panoplia.

-Fócide: la región en torno a Delfos, consagrada a Apolo, partidario de los troyanos, no ha enviado un contingente oficial para no ofender a su dios tutelar, pero bien podría haber sacerdotes délficos, versados en los asuntos de la adivinación pítica y la política a gran escala, como consejeros de los generales griegos. Los hijos del rey Ifito, uno de los argonautas, Esquedio y Epistrofo, se ocuparán de proteger a estos enviados. Su símbolo es la serpiente.

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